Premios «Pinoalbar y Peñalba Alumni»

nominadas al Premio
«alumni solidaria»

Premio a la solidaridad, o vida de superación, de una alumni del colegio Pinoalbar

Paloma de Bonrostro Palacios

Paloma de Bonrostro Palacios

Promoción VIII

 

Colabora desde el 2013 con el programa solidario del Colegio Pinoalbar “Family Mission”. Es un programa solidario de ayuda integral a las familias. No solamente en la aportación de alimentos, sino también en la búsqueda de empleo, de refuerzo académico para los niños que están en el proyecto y con otros niños que lo necesitan.

Además, también se da una ayuda puntual de determinados pagos de servicios, como la calefacción o la luz.

El funcionamiento de la ayuda en aporte de alimentos se organiza cada 15 días coordinando la distribución de los alimentos que las familias del colegio donan y se les lleva a sus casas.

Esta es la función que Paloma ha estado realizando durante estos 9 años. Cada viernes a eso de las 4 de la tarde Paloma comienza sus tareas. La semana que no toca entrega se encarga junto a madres colaboradoras de hacer el recuento de los alimentos que hay en el rincón de Family Mission para decidir cuáles son los que faltan y así solicitarlos a las familias a la semana siguiente. Y en la semana de entrega su misión es ir preparando los “pedidos” con ayuda de alumnas para entregar a las familias necesitadas.

 

Este curso el 2022/23 el proyecto ha cambiado de rumbo y a partir de ahora las recogidas de alimentos no se realizarán de esta forma; el proyecto tendrá campañas concretas con periodicidad distinta según sean las necesidades en cada caso. Aunque cambie el sistema Paloma seguirá colaborando pues como ella dice es un deber de justicia ayudar a los que menos tienen y desde el colegio se ayuda así y se facilita a las familias esa posibilidad, porque Family Mission es una escuela de valore

Esther Villa Ramón

Esther Villa Ramón

Promoción XXI

 

 Esther es una mujer muy solidaria y tremendamente sensible con la necesidad de las personas vulnerables.

En el año 2006 decidió que las vacaciones se pueden dedicar a ayudar a los demás y empezó una ruta de voluntariado internacional que le llevaría a:
Dedougou, Burkina Faso, (2006), Faro, Portugal (2007), Kolkata, India (2009), Nairobi, Kenia (2011), Kaolack, Senegal (2013), Widikum, Camerún (2015), Siem Reap, Camboya (2016), Semera, Etiopía (2018). Bruselas (Hermanas de Mother Teresa) y Madrid (Hermanitas de los pobres)

Además es Co-fundadora de la ONG Bantukum en Camerún en 2015, asociación sin ánimo de lucro destinada a dos objetivos:
1. Promover la escolarización de niños y fomentar la importancia de la educación en la población más desfavorable
2. Dar soporte a Programas de lactancia para niños de madres que padecen VIH, para combatir la transmisión de VIH a neonatos y facilitar la alimentación temprana a todos estos neonatos.

Bantukum, nació tras su experiencia de voluntariado como profesores así como de asistencia sanitaria en el poblado de Widikum. La misión principal de Bantukum es intentar paliar las necesidades de la población más desfavorable. Pues cree que es primordial ser capaces de ayudar a quienes se encuentran en mayor necesidad y que no tienen los recursos necesarios para llevar una vida digna y conseguir un futuro mejor.

En otro orden de cosas, realizó un proyecto de cooperación en Ramala, Palestina en 2007: establecer futuras relaciones económicas entre las economías palestinas e israelíes. Aportar una perspectiva del sector privado analizando los posibles escenarios de colaboración entre ambas economías en distintos sectores como el turismo, bienes de consumo y construcción.

Rosario de la Iglesia Soga

Rosario de la Iglesia Soga

Promoción VIII

 

A los 10 años le diagnosticaron una glumerunonefritis producida por una púrpura shollen henong. Ese año estuvo varios meses en casa sin poder moverse por prescripción médica y recibía clases particulares.

Como en Valladolid no sabían muy bien que le pasaba se trasladó al hospital de Cruces en Bilbao que tenía nefrología infantil. Allí le hicieron una biopsia con la que dieron con el diagnóstico.

Estuvo bastante tiempo hospitalizada recibiendo corticoides. Al cabo de unos meses el tratamiento dio sus frutos y la enfermedad desapareció aunque le dejó dañados los riñones, por lo que se reincorporó al colegio y se pudo presentar a los exámenes. Después ha precisado seguimiento médico pero he llevado una vida normal.

En el 2007 sus riñones empezaron a empeorar y en el 2014 empezó con más medicamentos y una dieta bastante estricta. Desde entonces su función renal fue descendiente hasta que en noviembre del 2021 se vio que era necesario empezar diálisis.

Además durante todos estos años ha colaborado con Harambee desde que se creó en el 2002 con motivo de la canonización de San Josemaría y sobre todo con los conciertos en el Miguel Delibes. Respecto a la diálisis antes de empezar pedía a la gente que rezaran por ella no tanto para pedir un milagro sino para ser valiente y no perder el sentido del humor.

Dos son los lemas de su familia «ahora toca ser valiente» y «si otros han podido porque yo no». Optó por la diálisis peritoneal que es una diálisis que se hace tres veces al día en casa. Para el buen humor, que no ha perdido nunca, al catéter lo llamaba Alien y al gotero Filemón. Así su habitación le parecía menos hospital. Se ha ofrecido como voluntaria en el hospital por si alguien necesita apoyo cuando empieza la diálisis. Su lema de whatssap es «con la sonrisa puesta» porque cree que es la mejor medicina.

El delicado estado de salud durante toda su vida, agravado últimamente por la necesidad de diálisis estando a la espera de un trasplante de riñón, siempre ha sido motivo de superación, sin queja alguna, con absoluta resignación y dando testimonio de la dignidad del sufrimiento que, ofrecido, lo convierte en camino de servicio a los demás y de santificación.

Recibió su trasplante de riñón a finales de septiembre.

Sara Mehrgut Palenzuela

Sara Mehrgut Palenzuela

Promoción XXVIII

 

Su historia tiene un punto bastante exótico. Desde hace seis años vive en Kenia, el sueño de toda su vida. A los doce años le invitaron a leer en el colegio «Desde un tren africano» y en ese momento decidió que viviría en Kenia. Sería pintora, escritora y viviría en la sábana, en la tierra roja, en el bullicio y la música…

Soñaba con conocer al ser humano en otra cultura, con aprender de él y con ayudar en aquella sociedad a los que necesitaban de oportunidades. No era fácil ir a Kenia. No era el destino ideal al que sus padres le iban a mandar al terminar el cole para mejorar inglés… Empezó a estudiar Bellas Artes y se dió cuenta de que su sueño se concretaba en la academia: Quería ser investigadora, comunicar belleza, quedarse en la universidad.

Así es como decidió que sería profesora universitaria en Nairobi y en su primer año de carrera mandó cinco emails a la decana de la facultad de humanidades de la universidad que salía en el libro de su adolescencia: Strathmore University. Le preguntaba «¿Cómo me formo para ser profesora en vuestra universidad?» Al quinto email tuvo respuesta «Estudia. Sigamos en contacto». Así siguió estudiando e intentando conocer lo que era la universidad a fondo. Tuvo la oportunidad de estudiar en muchas universidades: Salamanca, Madrid, Sevilla, Kassel…

En los veranos era aupair en Inglaterra, Irlanda o Alemania. Estudió un máster en Filosofía en la universidad de Navarra… Y cuando por fin pensó que podría saltar a Kenia… No hubo respuesta. Se quedó en el limbo tras el máster y de leer a los grandes en Pamplona se fué a Dublín a limpiar retretes. Literalmente.

La deseada respuesta le llegó en bicicleta, en un semáforo, bajo la lluvia. «Tenemos un puesto para ti». Unos meses más tarde estaba feliz paseando por el campus de esta vibrante universidad donde trabaja. Por las mañanas daba clases a los futuros líderes de esta nación, y por las tardes pintaba con los niños del centro de rehabilitación para chicos de la calle de su barrio.

Colabora con la ONG Karibu Sana. La finalidad central de Karibu Sana es ayudar a niños sin recursos de Kenia, concretamente del slum de Kibera, a que puedan ir al colegio y estudiar. En esta rutina conoció a su marido, Ugandés, se prometieron en el campus y se casaron en Valladolid hace tres años. ¡Están esperando su tercer niño!

Ella dice: “Kenia es increíble, te cambia la forma de ver la vida: el corazón se te ensancha, siempre hay alguien mil veces más generoso que tú, siempre hay alguien que te necesita, que te descoloca. Kenia no es fácil, pero es mi sueño y estoy encantada de compartirlo».

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La ganadora es:

Paloma de Bonrosotro Palacios

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